Esta primera fase, enmarcada en el Plan Románico Atlántico, ha recuperado el acceso al templo por la puerta norte y ha permitido abrir al público la capilla del Camarín, hasta ahora cerrada. La situación de la iglesia, en el núcleo de una ciudad tan turística como Salamanca, ha hecho que la intervención se haya centrado en recuperar el acceso al templo desde la plaza Mayor, para convertir el espacio en un punto de información y en una invitación a visitar el territorio del Plan Románico Atlántico.
Se atiende de este modo a los objetivos de la segunda fase del Plan de Intervención, iniciada en 2015 y centrada no sólo en la actuación en los templos, sino también en la difusión y puesta en marcha de nuevos modelos de gestión cultural, como parte fundamental de la dinamización socioeconómica de los territorios.
De origen románico, la iglesia de San Martín data del año 1103, y fue realizada a instancias del conde Martín Fernández, caudillo de los repobladores de Toro. Aún hoy, pese a la alteración de su fisonomía original y a encontrarse encajonado entre modernas construcciones, está considerado uno de los edificios románicos más importantes de la ciudad junto con la Catedral Vieja.
Enclavada en el centro neurálgico de la ciudad desde finales del siglo XII, se conoce a la parroquia como “San Martín del Mercado”, porque aquí se desarrollaba la actividad comercial de la ciudad. En el siglo XVIII se hundieron gran parte de las bóvedas de la nave central y fueron reconstruidas por Jerónimo García de Quiñones. También tuvieron que rehacerse los dos tramos orientales de la nave, tras el incendio del 2 deabril de 1854, que destruyó el retablo mayor. En la actualidad, los testimonios medievales de la iglesia de San Martín quedan completamente enmascarados por las sucesivas reformas llevadas a cabo en el templo y las modernas edificaciones del entorno.
En cuanto al estado de conservación, la bóveda de la puerta norte era una de las que presentaba mayores deficiencias, concretadas en abombamientos y desprendimientos, que habían obligado al cierre del acceso, hoy recuperado tras la restauración de este espacio.
Recuperada la Puerta Norte, abierta de nuevo al público, se ha convertido en el acceso natural para el punto de información del Románico Atlántico. Aquí un audiovisual sirve de reclamo y llamada de atención al visitante y le invita a continuar su camino por el resto de áreas expositivas, para conocer la historia de la iglesia, la actuación desarrollada en el marco de Románico Atlántico y la filosofía del plan.
Tras atravesar la Puerta Norte, el recorrido, que combina la fuerza de los audiovisuales con una iluminación pensada para resaltar los elementos arquitectónicos y escultóricos más emblemáticos, continúa por la Capilla del Conde Grajal y un pasillo de acceso, que desemboca en la Capilla del Carmen.
Esta estancia fue construida a finales del siglo XVII por José Benito de Churriguera, a instancias del mercader de paños, Juan Muñoz del Castillo y su mujer, María Cruz Guerra, quienes fueron mayordomos de la iglesia y auspiciaron la fundación de la Música de San Martín, lo que permitió al templo contar con músicos propios.
Es en este espacio donde la iluminación sirve para poner en valor elementos como una portada románica ricamente policromada, que quedó oculta durante la construcción de la citada capilla barroca y que fue descubierta en 1958.
Para dar a conocer y abrir de nuevo las puertas del templo a la ciudad de Salamanca, se han organizado unas jornadas culturales, que comenzarán mañana por la tarde, a las 18.00 horas, con una visita guiada, abierta al público. Las visitas guiadas se prolongarán hasta el fin de semana en horario de 11 a 14 horas y el viernes y sábado, además, se podrá visitar a las 17.30 y 17 horas, respectivamente. Asimismo, el sábado habrá un concierto a las 18.30 horas en recuerdo a la fundación de la Música de San Martín.
Junto a la creación del punto de información, se ha propiciado la monitorización del templo, mediante la instalación en puntos concretos del edifico de sensores inalámbricos que vigilan el espacio y controlan su estado de conservación, midiendo diferentes parámetros ambientales y estructurales y otros más relacionados con la gestión y el uso del edificio. Los datos que arrojen los sensores van a servir para conocer con exactitud las causas del deterioro estructural de la iglesia y así abordar con eficacia las siguientes fases de actuación, a partir de 2016.