El proceso de restauración de un edificio histórico implica no sólo atender las necesidades del inmueble, sino también las de los usuarios, es decir, las de la población a él asociada. Cada vez son más las administraciones, instituciones y entidades que respetan y ponen en práctica esta premisa. Así, por ejemplo, en Castilla y León, a través del Plan PAHIS, destinado a salvaguardar el Patrimonio Histórico de la región, se han puesto en marcha diferentes sistemas territoriales de intervención, que apuestan por una gestión integral del Patrimonio. Proyectos en los que los monumentos dejan de ser entes aislados, para convertirse en parte integrante de un territorio y de una población.
La iglesia de San Martín de Castañeda, un pequeño pueblo de la provincia de Zamora, es una muestra de ello, de que se puede restaurar, pensando en la gente. Durante siglos fue uno de los principales complejos monásticos de la provincia de Zamora; sorteó varias crisis y acabó sucumbiendo ante la Real Orden de Exclaustración de 1835. Abandonado el monasterio, la iglesia ha continuado utilizándose como parroquia local hasta nuestros días, aunque para un pueblo de apenas 150 habitantes, resulta un edificio excesivamente grande. Es complejo garantizar su adecuado mantenimiento y en invierno caldear el templo es misión imposible. La inclusión de la iglesia en el Plan Románico Atlántico, ha supuesto un hito importante para los vecinos de San Martín de Castañeda y, especialmente, para los fieles.
Siguiendo la pauta general del Plan, los técnicos encargados de la intervención en el edificio han escuchado las demandas y necesidades de los vecinos. Gracias a ello, la actuación contempla el acondicionamiento de la sacristía como lugar de culto, para lo que ha habido un diálogo constante con el párroco. Se ha diseñado un mobiliario litúrgico pensado para la nueva capilla e, igualmente, se han instalado unos bancos calefactados, que garantizan el calor en invierno, a la vez que contribuyen a un mayor ahorro energético. De este modo, hoy por hoy, gracias al Plan Románico Atlántico y a la implicación de diversas entidades e instituciones los vecinos de San Martín de Castañeda tienen garantizada la conservación de su iglesia, a la vez que disponen de un lugar adecuado y cómodo para la celebración de la eucaristía.
Una intervención integral
El proyecto contempla, además de la intervención en la sacristía, la renovación de las cubiertas del ábside, la mejora de la iluminación y la restauración de bienes muebles. En concreto se ha intervenido sobre los fragmentos de pintura mural del ábside lateral así como sobre una talla del siglo XIII, que representa a la Virgen con el Niño. El Museo de los Caminos de Astorga ha cedido la imagen a la parroquia para que puedan instalarla en la sacristía, una vez que el espacio se acondicione como lugar de culto. Previamente, la imagen ha sido restaurada en el taller de la Fundación Santa María la Real.
Todas las actuaciones se está llevando a cabo en fases sucesivas y los trabajos corren a cargo de la Fundación Santa María la Real, que ha incluido el edificio en el MHS (Sistema de Monitorización del Patrimonio), instalando diferentes tipos de sensores, que están siendo determinantes para la evaluación de las soluciones aplicadas en la primera fase de intervención y que permiten garantizar la conservación preventiva del edificio.
Entidades participantes
La intervención en la iglesia de San Martín de Castañeda, se enmarca en el Plan Románico Atlántico, un proyecto de cooperación transfronteriza para la conservación del Patrimonio Cultural, que supone la estrecha colaboración entre diferentes entidades de España y Portugal, en concreto, la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, la Secretaría de Estado de Cultura de Portugal, la Fundación Iberdrola, la Iglesia Católica de Portugal y las diócesis españolas de Ciudad Rodrigo, Salamanca, Zamora y Astorga. A las entidades participantes en el Plan, se han sumado, en este caso, otras como la Universidad Politécnica de Madrid, que colaboró en los estudios previos; el Obispado de Zamora o el Ministerio de Medio Ambiente, que han facilitado el acondicionamiento de la sacristía.