Esta iglesia, declarada Monumento Nacional, conserva gran parte de su arquitectura románica original del siglo XI, constituyendo uno de los templos más antiguos de Portugal en este estilo. Se trata de uno de los pocos templos portugueses de dos naves: la nave principal o del Evangelio, vinculada a una capilla mayor a la que se adosa la sacristía y la nave lateral o de la epístola, de menor tamaño.
Los testimonios románicos se concentran en la fachada principal, rematada con piñón truncado y cruz en el centro y flanqueada por cuatro pináculos barrocos. Aquí se dispone la portada del siglo XIII, formada por tres arquivoltas de medio punto que descansan sobre pilastras, algo indicativo de una época tardía, próxima al gótico. En un cuerpo aislado ante la fachada principal se encuentra la espadaña, a la que se accede por una escalera transversal.
En el interior, la cubierta es de madera policromada con decoración mural neoclásica. Las naves se comunican a través de dos arcos formeros de medio punto clasicistas, estando revestidas al igual que el resto de la iglesia por un zócalo de azulejos. Sobre la portada principal está el coro, al que se accede por una escalera en espiral junto a la puerta principal. Toda la decoración interior es neoclásica y existen seis retablos entre los que destaca el situado en la capilla Mayor, con tres calles jugando con entrantes y salientes.