Este bello y distinguido ejemplo de la arquitectura visigoda se construyó a orillas del río Esla entre los siglos VII y VIII; posteriormente, en 1930, se trasladó a su ubicación actual para evitar que quedara sumido bajo las aguas del pantano de Ricobayo.
Fue construido siguiendo el esquema de una cruz griega inscrita en planta basilical de tres naves, que hoy nos proporciona un ejemplo curioso de híbrido entre estos dos tipos de plantas. Los materiales empleados son sillares de arenisca bien escuadrados, en seco, ajustados entre sí con gran exactitud, dejando a la vista la calidad de su construcción.
En el lado occidental, las naves laterales se separan de la central por medio de bellos arcos visigodos de herradura, tipología que se repite en todo el edificio. Destaca la decoración de frisos y capiteles, una de las más espectaculares de la arquitectura visigoda. Entre los relieves destaca el capitel del “Maestro de San Pedro de la Nave” con tallos con hojas y racimos, máscaras, cuadrúpedos y aves, labrados profusamente. Sobresalen asimismo los relieves del crucero, en donde se desarrollan escenas sobre el Sacrificio de Isaac, Daniel en el foso de los leones o algunos Apóstoles.
Horarios de visita:
- Febrero, marzo, octubre, noviembre y diciembre:
Viernes y sabados: 10.00 a 13.30 h y 16.00 a 18.30 h
Domingos sólo mañana
- De Abril a Septiembre:
De martes a domingo: 10.30 a 13.30 h y 17.00 a 20.00 h
Lunes cerrado
En la iglesia de San Pedro de la Nave de El Campillo se han llevado a cabo diversos estudios previos al proyecto de restauración. En concreto, la iglesia fue objeto de una monitorización de parámetros ambientales y estructurales, que arrojaron los datos necesarios para que en el proyecto puedan aportarse las soluciones más apropiadas a los problemas que se detecten.
Por otro lado, se realizó el levantamiento del templo en 3 D gracias a la colaboración con el Máster “Nuevas geotecnologías para la Ingeniería y la Arquitectura” de la Universidad de Salamanca. El objetivo de esta actuación era el de aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías (laser scanning) y los avances en otras más clásicas (fotogrametría, estudio de la imagen digital...) para la documentación y difusión de una joya arquitectónica como la iglesia de San Pedro de la Nave.
Agradecimientos: José Luis del Barrio Álvarez
La intervención propuesta por el equipo de Románico Atlántico en el entorno de la iglesia de San Pedro de la Nave va mucho más allá de la mera restauración y se centra en la puesta en marcha de un nuevo plan de gestión del edificio, orientado a mejorar y organizar la afluencia de visitas; a la vez que se potencia la imagen del templo.
Para lograrlo, se ha creado un espacio que funciona como centro de recepción de visitantes, integrado en el entorno del edificio, que sirve para ordenar el acceso a la iglesia y facilita un área expositiva, donde poder mostrar las piezas y elementos históricos que atesoraba el templo.
Aunque estructuralmente se encontraba en buenas condiciones de uso, el edificio presentaba algunos focos de humedad localizados, derivados del estado en el que se hallaban las cubiertas. Para evitar y corregir estas patologías se ha restaurado la cubierta de la iglesia, incorporando un nuevo sistema de ventilación, que permite la toma de aire desde el alero y, debido a la diferencia de presión, deja que salga por la parte superior, generando una corriente continua de aire, que posibilita la correcta ventilación y, en consecuencia, mejora la conservación estructural de la cubierta y del edificio. Con el mismo fin, evitar la humedad, se procedió a eliminar la acera y efectuar un drenaje perimetral del templo.
Del mismo modo, la iglesia de San Pedro de la Nave ha sido monitorizada, a través del MHS (Sistema de Monitorización del Patrimonio), desarrollado por la Fundación Santa María la Real, que, en este caso concreto, ha servido para controlar los parámetros ambientales, mediante la instalación, entre otros, de higrómetros y luxómetros, que han ido registrando las condiciones de humedad e iluminación del edificio, los datos arrojados han servido no solo para redactar el proyecto de intervención, sino también para garantizar su adecuada conservación y mantenimiento.
Otro aspecto fundamental de la intervención en la iglesia de San Pedro de la Nave, fue mejorar la iluminación del edificio, puesto que carecía de luz eléctrica. La única iluminiación provenía de la luz natural de las aspilleras y era clamente insuficiente para el potencial y el interés turístico del templo.
Se diseñó así un sistema de iluminación a medida, para adecuar la intensidad de la luz a los diferentes usos del edificio y para guiar la mirada de los visitantes hacia los elementos más destacados del templo. El sistema consta de 13 luminarias, que apenas generan un consumo total de 90 vatios, con lo que se minimiza el gasto energético. Finalmente, siguiendo los criterios del Plan, todo el cableado quedó soterrado, para que el impacto visual sea mínimo.