La ermita de San Sebastián se sitúa en el centro de la aldea de Granjinha y por tanto se encuentra rodeada parcialmente de edificaciones, aunque sabemos que se sitúa sobre los restos arqueológicos de una villa romana que todavía se mantenía activa en la Alta Edad Media. Se trata esencialmente de una obra de Época Moderna que ha reaprovechado porciones de la fábrica románica anterior, como la portada del siglo XIII. . En cuanto a su estructura, se compone de nave única una cabecera de igual tamaño, pero menor longitud, separados ambos espacios por un arco triunfal.
La portada está compuesta por dos arquivoltas sustentadas por columnas con capiteles decorados con motivos zoomorfos, vegetales y antropomorfos. Por su parte, en las dovelas se esculpieron animales fantásticos afrontados, inspirados en modelos de la ciudad de Braga.
El templo se cubre con cubierta dos aguas, estando ésta rematada por un pequeño campanario en uno de los lados y por una cruz terminal en el contrario.
Ya en el interior, destacan varios elementos como las dos pilas de agua bendita y un pequeño retablo situado en el lado del Evangelio, es decir en el lado derecho según miramos hacia el altar mayor. En el área de la cabecera destacan una imagen de San Antonio con el Niño, un crucifijo de madera y sus dos mesas de altar, una de ellas sustentada por un ara votiva romana con inscripción. Sobre ella se posa una imagen de San Sebastián, patrón de la ermita.
