Es un pequeño pueblo del norte de Portugal, cuyo origen se remonta a épocas muy antiguas, tal como demuestran los vestigios arqueológicos neolíticos encontrados aquí.
En cuanto a su patrimonio, destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, construida dentro del estilo denominado gótico rural. La cabecera y la capilla mayor fueron demolidas y nuevamente levantadas en el S. XX. En su interior, posee un retablo mayor manierista con la imagen de la patrona Nuestra Señora de la Anunciación. Como dato peculiar, podemos observar como la fachada sur está asentada parcialmente en un afloramiento granítico conservado y visible en el interior. Este y los templos de su alrededor se caracterizan por tener un espacio interior poco iluminado, por escasos y estrechos tragaluces.
En este pueblo además se encuentra el Castillo de Malvecino o Castillo de los Moros, del que apenas restan unas ruinas localizadas un poco más abajo del núcleo urbano pero que ha enriquecido multitud de leyendas de la zona. También podemos encontrar aquí un cementerio medieval excavado en la roca.
