El municipio de Cerralbo -situado al noreste de la comarca de El Abadengo, en la provincia de Salamanca- se encuentra localizado en la vía que comunica la capital con la frontera portuguesa, entre Vitigudino y el vecino pueblo de Lumbrales.
Sus orígenes se remontan al calcolítico, como así prueban yacimientos arqueológicos como el de Picón del Rey o el de Alto del Espía. Además, en las proximidades se encuentran algunos castros vetones y otros restos arqueológicos. De hecho, la localidad debe su nombre al asentamiento de un campamento romano denominado Cerrus Albo (Cerro Blanco), hecho constatado en el hallazgo de vestigios tales como inscripciones o estelas funerarias pertenecientes a este periodo.
Hacia el siglo XV los Trastámara le concedieron el título de villa, y posteriormente la población pasó a formar parte del señorío jurisdiccional de la familia Pacheco. Uno de sus miembros -Esteban, primer marqués de Cerralbo- ordenó construir el castillo con fines defensivos frente a los portugueses. Esta construcción tardomedieval desempeñó su papel más importante como fortaleza en el siglo XVII, durante la Guerra de la Independencia lusa (1640-1668), siendo incendiada y desocupada más tarde, situación que derivó en su actual estado de abandono y ruina.
Así mismo, encontramos la residencia original y la capilla perteneciente a los Marqueses en la cercana población de Ciudad Rodrigo, residencia habitual de la familia hasta su traslado al palacio que poseían en Madrid, el actual Museo Cerralbo.
Destacables son también los restos del convento de Nuestra Señora de los Ángeles, de finales del siglo XVI, y el puente que se eleva sobre el río Huebra.