La característica más destacada de este espacio natural es la grandiosidad paisajística de su territorio. Un espectacular paraje en el que se pueden ver los graníticos arribes y valles frondosos por los que discurren encajonados los cursos de agua del río Duero y sus afluentes Águeda, Esla, Huebra, Tormes y Uces.
El alto caudal del Duero, los grandes desniveles de la zona y los numerosos ríos que en ella desembocan, convierten al parque en uno de los puntos de mayor potencial energético de toda la península Ibérica. Por ello, se ha ido construyendo una red de presas y embalses conocida como Saltos del Duero.
La peculiaridad de la orografía hace posible la existencia de un microclima más suave en los valles. Esto contribuye a la diversidad vegetal y convierte al parque en un lugar perfecto para el refugio de numerosos animales, especialmente para las aves.
Foto: CGRM