La villa de San Felices de los Gallegos -declarada conjunto histórico-artístico en 1965- se sitúa al oeste de la provincia de Salamanca junto a la frontera portuguesa, dentro del marco natural de Los Arribes.
Diversos indicios sitúan el origen de la población en época prerromana –como constataría el verraco de San Antón- aunque su fundación, al parecer, hemos de ubicarla en el año 690. Un obispo portugués, Don Félix, habría dado nombre a la villa, aludiendo el calificativo de “los Gallegos” a la procedencia de sus primeros pobladores.
Tras la reconquista la localidad adquirirá la categoría de villa, siendo en 1296, conquistada por el rey portugués Don Dionis. Este monarca construirá la actual torre del homenaje, sobre la que se edificará con posterioridad el castillo, y en la que actualmente se encuentra el Aula Histórica del mismo.
Desempeñará la villa durante varios siglos un papel fundamental como baluarte defensivo frente a los invasores extranjeros. En el siglo XV, alcanzará su mayor esplendor, siendo un enclave determinante dos siglos más tarde, durante la Guerra de Secesión.
Entre el rico patrimonio de la localidad se conservan - junto con el recinto amurallado y algunas de las puertas que le daban acceso, como la del Arco de Puerto y la conocida como Torre de las campanas- la Iglesia de Nuestra Señora entre dos Álamos, las Ermitas del Cordero, la de los Remedios y la del Rosario, así como el Convento de la Pasión del siglo XVI.
La Casa Consistorial preside la Plaza Mayor, contando la población con otras viviendas solariegas de Edad Moderna como son La Alhóndiga, la casa de los Mayorazgo, la de Roque Amador, la de los Señores del Ron o el Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia.
Foto: josem.rus